domingo, 11 de noviembre de 2012

Separación de los padres

NUNCA ME LO DIJERON Separación de los padres. 11 noviembre de 2012 Isabel Cristina Bettín Vallejo En este aparte se debe hablar desde la experiencia y desde el corazón de tantos y muchos niños con los que he tenido la oportunidad de hablar y sentir su dolor en el manejo confuso y egoísta de los adultos: “Sus padres”. Ejemplos y casos hay muchos, pero no vale la pena ponerlos en el escarnio público, más bien construyamos una nueva historia, para los hijos que hoy están viviendo la misma situación, la separación de sus padres. Ahora veamos que se debe y no hacer en medio de esta real situación. Ustedes adultos, papá y/o mamá han decidido separarse, han dejado de ser pareja, pero NO de ser padres. Por lo tanto, sus hijos no son responsables de su decisión y como tal no deben pagar las consecuencias de los actos de los adultos. Eviten caer en la tentación de: Si usted ya no vive en la casa donde se compartió en familia, debe respetar el espacio físico, emocional y moral de ese hogar, esto quiere decir que debe aceptar y entender que la familia se fracturó como núcleo familiar y que las visitas a sus hijos no deben hacerse en ese contexto, su casa; ¿porque? Porque los hijos guardan la esperanza de su regreso por muchos años y esto los confunde y les genera ansiedad por su regreso o el deseo de que se quede con ellos, como era antes; desafortunadamente esta situación ideal no será realidad y le genera un sentimiento de esperanza y confusión patológica. Las visitas deben tener un horario en la fecha y el calendario, pero si usted le promete verlos todos los días, CUMPLALO y si por algún motivo no lo puede hacer avíseles, no los deje como el coronel no tiene quien le escriba; no los deje esperándolo (a), es una sensación de incertidumbre y perdida que resquebraja su personalidad y les genera angustia y ansiedad. Evite triangularlo en medio de la relación conflictiva y disfuncional con la ex pareja. Triangularlo, significa meterlo en medio del conflicto, usándolo como caballito de batalla, son los hijos, los que reciben las quejas, reclamos y la carga emocional que los convierte en aliados de uno, de otro o de ambos padres, hasta… reventar. Otra conducta desafortunada es el manejo que hace el cónyuge que tiene el dominio del dinero, por lo general en este país la fuerza económica la tiene el hombre y este utiliza este dominio para someter a su ex pareja a presiones emocionales o económicas, sin darse cuenta del daño y presión emocional que esto ejerce sobre los hijos. No olviden, a quien están condenando es a niños inocentes, sus hijos. Eviten usar a sus hijos como detectives o periodistas, ellos no deben ser los responsables de dar información sobre su ex pareja, tampoco les de información como detalles del motivo del conflicto y posterior separación, ¿Para qué? Para generar una guerra de lealtades? ¿Para acabarlos de confundir? Tampoco los use como mensajeros de guerra o paz, es un peso exagerado para ellos. Hay padres que secuestran a sus hijos en la forma como abordan la separación; por castigar a cónyuge violentan a sus hijos controlándolos y privándolos del contacto físico, emocional o espiritual del padre ausente, llenándolos de información denigrante y descalificadora, sembrando en ellos la confusión y la desesperanza de la guerra . Si hoy, usted tiene el sartén por el mango, e insiste en jugar estrategias neuróticas con consecuencias patológicas, podrá ver un futuro caótico en sus hijos y espere no vivir para contarlo. O aproveche y tome la decisión de sembrar una buena semilla abonando con su ejemplo y madurez la consecuencias de sus actos como un padre o una madre que llevó la situación con madurez y generosidad mutua, el que cede no es el bobo, es el inteligente y generoso son sus hijos.