LOS NUBARRONES EN LA EDUCACIÓN.
Isabel Cristina Bettín Vallejo
2007-12-04
Creo que muchos de nosotros(as), hemos pasado por las aulas del colegio, la escuela o tal vez el jardín infantil, y si ponemos a prueba nuestros conocimientos matemáticos y sumamos las horas, los días, las semanas, los meses y los años; con sorpresa nos damos cuenta que el promedio varía entre 14 y 16 años con los compañeros, profesores, empleados y directivos que nos han acompañado durante este tiempo dorado para algunos, oscuro para otros y tal vez tormentoso para unos pocos.
¿En que varían los colores de la educación? Son mil factores que nos acompañan, son mil personalidades, son mil historias de vida, cada una de ellas con sus necesidades especiales, sus expectativas de esperanza que a veces se ven estimulados o frustradas por…
Bueno, esto tiene varias tonalidades, como en el atardecer o en las variaciones climáticas, hay tintes de ilusión con tonos celestiales y música de ángeles en los que los profesores encuentran la formula mágica en el encantamiento de la motivación y el compromiso.
Hay otros momentos en que hay un ventarrón de desesperanza y confusión, pero la fuerza de lo divino ilumina lo humano y es cuando ustedes profesores, estimulan en lo positivo, en la fe en sí mismo y a pesar de las dificultades después de muchos ires y venires en las conversaciones, en los libros, en la búsqueda se encuentra una luz de esperanza que ilumina el camino hacia el éxito personal, laboral y social.
Pero no todo puede ser o es felicidad, en estas variaciones hay tormentas y tsunamis que todo lo destruyen con su fuerza, que se ve proyectada en la impotencia real de nuestros profesores cuando se encuentran con seres humanos que van por el mundo de manera diferente, con seres humanos que apenas están creciendo en un mundo de confusión y desesperanza aprendida, que se va aumentando con la falta de asertividad y claridad de los compañeros inocentes y adultos desesperados; esto nos incluye, queridos padres y profesores. A ustedes últimos, les quiero decir ¡CUIDADO! Con lo que dicen de los padres: “esa mamá está loca”, si, si, si y sí, está loca de dolor, de miedo, de confusión porque no ha encontrado el camino y aún no ha perdido la fe. “Ese papá es muy cansón” si, si y sí, nos pide ayuda y espera de los docentes una palabra de aliento, un compromiso sincero, aunque sepa que en sus manos tampoco está la solución.
A ustedes queridos y admirados padres de familia también les digo ¡CUIDADO¡ No todos los profesores tienen la responsabilidad, algunos hacen lo máximo, con la mejor intensión sin el resultado esperado, por esto debemos ser compasivos los unos con los otros y apoyarnos mutuamente.
En conclusión lo único que se espera de un colegio y de sus docentes es: su apoyo a tiempo, la mano extendida con el corazón abierto, un verdadero y profundo acompañamiento a los niños y a sus familias, teniendo en cuenta que una cosa es lo que está escrito en los libros y otra cosa es leer a sus alumnos con ojos de esperanza, amor, servicio y confianza en su ser.
viernes, 7 de diciembre de 2007
Carta de un hijo/hija a sus padres
Carta de un hijo/hija a sus padres.
27 de Noviembre de 2007
Isabel Cristina Bettín Vallejo.
Papitos desde que abrimos los ojos en este mundo nos hablan, nos cantan y nos cuentan sobre la magia de la navidad.
Los mayores, nuestros amigos o hermanos, nos comentan de los famosos y esperados regalos navideños, pero lo que nuestros padres no saben es que no siempre queremos regalos materiales, sabemos que algunas veces ellos gastan demasiado dinero para comprarnos juegos de video, televisor para el cuarto, computador portátil, ipod y muchos otros juguetes; que lo único que hacen es alejarnos de la realidad, alejarnos del placer y del conflicto del contacto con los otros, alejarnos de los juegos de mesa, de los paseos al campo, de la bicicleta, y lo peor de todo alejarnos de nuestra familia porque cada uno se encierra a ver su programa favorito o a jugar contra la máquina, que nos despierta la adrenalina y nos duerme el corazón.
Les voy a explicar cual es el peligro y el encanto que se convierte en desencanto. Cuando llego a la casa cansado del colegio corro a mi cuarto a ver la TV y cuando me dices que haga tareas me da un poco de pereza y digo ya voy, porque cada vez empieza un nuevo programa que quiero ver. Cuando llega la noche la prendo para poder dormir y a veces me despierto y la vuelvo a prender sin que ustedes se den cuenta, pero algo extraño me pasa, al otro día me siento cansado en el colegio, quisiera dormir; también a veces he visto cosas que no entiendo, que me confunden y me entristecen y se que mis amigos también las ven y jugamos a cosas que después los adultos nos dicen que no son temas de los niños.
¿Y porqué los juegos de video? Pues aunque juego fútbol, béisbol y a las carreras de carros, también tengo juegos en los que para ganar más puntos tengo que matar los sombies o a los enemigos, y juego con mis amigos a los mismo pero terminamos peleando.
Siiiii, pápitos, sí queremos regalos, pero los regalos que queremos no tienen que ser tan costosos, sofisticados, extremos; queremos el mejor regalo: Que nos acompañen en nuestros sueños, en nuestros miedos, en nuestros deseos, queremos que nos pongan límites, que a la vez nos digan que NO, a algo que queremos por capricho y no por necesidad.
Papitos todo esto suena extraño pero me forma para la vida, NO me deforma.
Y creo que juntos ustedes y nosotros lo vamos a lograr, ustedes con su ejemplo, valentía y firmeza y yo con mi deseo de aprender y de imitar.
Ayúdenme a controlar mis emociones y mis caprichos, seguramente haré pataleta, lloraré y diré cosas que no siento pero que les dolerán, no se asusten, así somos los seres humanos pequeños, de su fortaleza nosotros aprenderemos a ser grandes, muy grandes y poderosos de corazón y de razón.
Feliz Navidad papitos, los quiero mucho.
27 de Noviembre de 2007
Isabel Cristina Bettín Vallejo.
Papitos desde que abrimos los ojos en este mundo nos hablan, nos cantan y nos cuentan sobre la magia de la navidad.
Los mayores, nuestros amigos o hermanos, nos comentan de los famosos y esperados regalos navideños, pero lo que nuestros padres no saben es que no siempre queremos regalos materiales, sabemos que algunas veces ellos gastan demasiado dinero para comprarnos juegos de video, televisor para el cuarto, computador portátil, ipod y muchos otros juguetes; que lo único que hacen es alejarnos de la realidad, alejarnos del placer y del conflicto del contacto con los otros, alejarnos de los juegos de mesa, de los paseos al campo, de la bicicleta, y lo peor de todo alejarnos de nuestra familia porque cada uno se encierra a ver su programa favorito o a jugar contra la máquina, que nos despierta la adrenalina y nos duerme el corazón.
Les voy a explicar cual es el peligro y el encanto que se convierte en desencanto. Cuando llego a la casa cansado del colegio corro a mi cuarto a ver la TV y cuando me dices que haga tareas me da un poco de pereza y digo ya voy, porque cada vez empieza un nuevo programa que quiero ver. Cuando llega la noche la prendo para poder dormir y a veces me despierto y la vuelvo a prender sin que ustedes se den cuenta, pero algo extraño me pasa, al otro día me siento cansado en el colegio, quisiera dormir; también a veces he visto cosas que no entiendo, que me confunden y me entristecen y se que mis amigos también las ven y jugamos a cosas que después los adultos nos dicen que no son temas de los niños.
¿Y porqué los juegos de video? Pues aunque juego fútbol, béisbol y a las carreras de carros, también tengo juegos en los que para ganar más puntos tengo que matar los sombies o a los enemigos, y juego con mis amigos a los mismo pero terminamos peleando.
Siiiii, pápitos, sí queremos regalos, pero los regalos que queremos no tienen que ser tan costosos, sofisticados, extremos; queremos el mejor regalo: Que nos acompañen en nuestros sueños, en nuestros miedos, en nuestros deseos, queremos que nos pongan límites, que a la vez nos digan que NO, a algo que queremos por capricho y no por necesidad.
Papitos todo esto suena extraño pero me forma para la vida, NO me deforma.
Y creo que juntos ustedes y nosotros lo vamos a lograr, ustedes con su ejemplo, valentía y firmeza y yo con mi deseo de aprender y de imitar.
Ayúdenme a controlar mis emociones y mis caprichos, seguramente haré pataleta, lloraré y diré cosas que no siento pero que les dolerán, no se asusten, así somos los seres humanos pequeños, de su fortaleza nosotros aprenderemos a ser grandes, muy grandes y poderosos de corazón y de razón.
Feliz Navidad papitos, los quiero mucho.
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