AMOR ES…
7 de diciembre de 2012
No sé si ustedes se acuerdan, pero cuando yo era niña, hubo un álbum muy famoso que se llamaba “AMOR ES…”. Eran un par de chicos de camisa ombliguera y un poco gorditos para la moda actual, en cada lámina o mona decía: “Amor es…”
Hoy con el fresco sabor del recuerdo, quiero utilizar esa bella y sugestiva frase para compartir algunas reflexiones a todos los padres y madres de familia. Vamos a jugar a llenar de nuevo el álbum con reflexiones de la cotidianidad.
Amor es…formar a nuestros hijos en el “Carácter”, entendido como: “Señal o marca que se imprime, pinta o esculpe en algo. Conjunto de cualidades o circunstancias propias de una persona o de una colectividad que las distingue por su modo de ser u obrar; de los demás”. (Diccionario de la lengua española). En el programa de formación en valores aplican la metodología de : enseñar, fomentar, promover y modelar.
Entonces… si amor es… formar el carácter en nuestros hijos, la primera lámina que yo pondría en este álbum sería:
Amor es… enseñar a nuestros hijos los valores que ustedes como padres consideren fundamentales. Enseñar y mostrar la importancia de asumir las consecuencias de sus actos; desde temprana edad se debe trabajar el autocontrol. ¿Cómo? Todo acto bueno o malo tiene una consecuencia y si usted es claro y firme en aplicarlo la lección se aprende como un hábito.
Amor es… fomentar los límites que quieren y necesitan para que ellos mismos guíen su comportamiento.
Amor es… promover la acción con base en lo que ustedes le han enseñado acerca de lo que es o no correcto.
Amor es… modelar, si yo lo sé, es una de las tareas más difíciles de ser padres. Pero con el ejemplo se construyen pilares profundos.
Y en la última lámina de este capítulo yo pondría. Amor es… dejar la soberbia, la egolatría y el miedo a reconocer que estamos fallando como padre o madre, que he fallado en la entrega de mi ser y me he preocupado más por el dar que por el darme y como lo sé? Cuando de alguna manera aparece un síntoma como el desorden de conducta que es mejor que el silencio, la indiferencia y la mentira que paraliza la solución.
Escuche las súplicas de sus hijos, él o ella los clama con la ilusión de ser escuchados. Procure que no sea demasiado tarde