miércoles, 6 de noviembre de 2013

NUNCA ME LO DIJERON III.
Padres Guardianes
6 de noviembre de 2013
Nuestro viaje continúa, el paisaje y el clima aumentan su voltaje, ahora hablaré de los padres guardianes, vigilantes, celosos de la autoridad y la disciplina; son rápidos y contundentes, aplican reglamentos y castigan sin dar explicaciones: “Aquí mando yo y punto”.
Dan soluciones, recetas, indican conductas, señalan lo que es y no debe ser. Tienden a desconfiar de las capacidades de sus hijos, por lo que impiden su participación; consideran sus propias necesidades, ideas y valores, antes que las de sus hijos. Ellos también se llaman padres autoritarios.
Ejercen el control mediante la ironía, humillación, ridiculizando a sus hijos.
Angustia, temor, dependencia, agresividad, baja autoestima, sentimientos de culpa y minusvalía personal son algunas de las secuelas que se proyectarán en su estructura de personalidad;  esos hijos, se sienten permanentemente fiscalizados, lo que genera en ellos menor creatividad, conformismo, obediencia y sumisión dejando una huella indeleble de escaso desarrollo del autocontrol, por tanto, dependen del control externo para seguir su comportamiento. Llegarán en el próximos  los padres democráticos.
En el otro extremo estos hijos pueden rebelarse de tal manera que, buscan la menor oportunidad para escapar de ese régimen neurótico y recriminador, buscan un ambiente de libertad, el cual también puede ser peligroso al tratar e intentar liberarse de las cadenas mentales que lo han dominado, creo que este estilo de padres en las nuevas generaciones es muy escaso, sin embargo existen. Ustedes que aún están jóvenes, que seguro apenas están empezando el camino de la paternidad y la maternidad deténganse y reflexionen, la presión, el  autoritarismo, la dominancia y el sometimiento no deja huellas de orgullo si no de dolor, rabia y  desesperación, exijamos con base en la edad y características de los menores.
Confiemos en ellos, démosles oportunidades de participación y  autonomía en las actividades sociales y familiares; estimulemos en ellos el espíritu de colaboración y de vinculo familiar,  cuidemos el desarrollo de su personalidad y de su valía personal, démosles oportunidades de expresar sus sentimientos, de luchar por lo que ellos sueñan y desean, luchemos por lo fundamental, por sembrar en ellos el sentido del valor de sí mismo, que ojalá crezcan con el poder del carácter, de poder defender sus ideas y no depender y ceder sus valores. Que en ese camino de fortalecimiento personal no pierdan de vista la empatía, que logren sentir el dolor del otro, que sean solidarios y generosos en sus acciones, seguro eso si los hará grandes.
Como lograrlo, desde pequeños permítanles escoger su ropa, permítales tomar pequeñas decisiones, cumpla un horario que los fines de semana se pueda romper un poco, estimule que exprese lo que siente, lo que desea, no pelee por cosas que no sean fundamentales, asígnele pequeñas responsabilidades en las que potencialice su valía personal, eso los hará cada día más valiosos y a ustedes lo hará orgullosos.


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