La maleta de mi vida. Covid 19
Mayo 2020
En este viaje iba seguro, feliz, tranquilo, lleno de esperanza, con proyectos, la maleta iba ligera de peso y llena de expectativas.
Antes de llegar a mi destino final, abro la maleta y me encuentro con un equipaje desconocido, ¿Qué ha pasado? Miro a mi alrededor y miro de nuevo mi equipaje.
Encuentro fotos de mis abuelos, en esas fotos veo, como hoy luchan por sobrevivir en un mundo ajeno, cibernético, lleno de pantallas conocidas y a la vez desconocidas, entraron en sus vidas como amigos y hoy las perciben como enemigos, ¿pagar las facturas en línea? Que peligro, ¿pedir un domicilio? Impensable, yo todo lo he comparado personalmente, ¿una reunión en Zoom? Que es eso. ¿No puedo salir? Y entonces como pago los servicios.
Mi abuela me llama un día si y el otro también, mijito, ¿cómo mando una foto de una factura? Su abuelo me va a enloquecer, voy a salir corriendo con mi bastón para que la policía me lleve unos días a la cárcel y poder descansar, él no sabe manejar el celular y todo lo debo hacer yo, que tampoco sé que hacer. Auxilio, ¿Cuándo acabará esto? O esto acabará con nosotros.
Sigo sacando fotos y veo a mis vecinos, con sus hijos pequeños, haciendo tareas, esperen oigo unos gritos, algo pasa, los padres han perdido la paciencia, le gritan al niño, que hace, debe estar conectado con la profesora, no sea irresponsable, ¿Cómo así? ¿Había que imprimir la tarea? pero … si nosotros no tenemos impresora, y que hay que comprar plastilina, si ya la habíamos comprado. Mijita, a mi ya se me olvidó eso de química, para eso le pago el colegio, y ¿Cómo así? Que está cansadita de estudiar por internet, pues no dizque ¿le gustaba tanto chatear y jugar en el computador? Y ahora porque llora, si yo se, extraña a sus amigos, pero no llore, y tampoco me conteste mal que yo no tengo la culpa, y no tire la puerta que la daña y ahora no hay quien la arregle.
Estoy confundido, en otra foto veo a mi amigo de la U, ya es profesional, es periodista y está llamando a su hermana y le pregunta, ¿hermanita cómo hago un huevo duro? Llevo 4 intentos, al primero le salió un chichón y por ahí se le salió toda la yema, al segundo cuando lo metí en el agua hirviendo explotó y me dejó todo hecho un reguero, que hartera, y es lo único que puedo cocinar, pediré domicilio.
En otra foto, veo la familia del apartamento de enfrente, el señor trabaja en petróleo, la señora en turismo, están peleando, se están insultando, que horror, ¿que hacer?
Los niños lloran, corren de un lado a otro, les suplican que no más, se oye, ya no podemos más, hemos sacado todos los ahorros, no podemos pagar las cuotas, los servicios, el colegio, ¿Qué vamos a hacer?
Y esta foto, no logro entender que pasa, es mi pediatra, la gente le grita, lo están agrediendo y le gritan que se vaya, que los va a contagiar, que no quieren que entre al edificio, que locura. Parece que todos estamos enloqueciendo, pensé que era una enfermedad que atacaba el cuerpo y veo que ataca la mente y el alma.
Que pasa en esta foto, el adicto se enloquece ya no consigue fácilmente su dosis personal, esta alterado, golpea las cosas, tira las puertas, grita a los suyos, se agrede, su familia sufre, él sufre, todos sufren en un silencio sepulcral y elido. Se pierde la esperanza, hay confusión, caos, incertidumbre, dolor, hambre, miedo.
En esta foto aparecen animales, pájaros que cantan alegremente, los ríos y los mares cristalinos reflejan las nubes y los rostros de quien los mira con perplejidad.
La naturaleza nos saluda, nos agradece y nos desafía, seremos capaces de ¿aprender la lección?
Dicen que los asesinatos han bajado en número y ha aumentado la violencia intrafamiliar, que necesita el ser humano para entender, vivir, y amar ¿sin reparo?
Cierro la maleta, regreso a mi infancia, recorro mi colegio, recuerdos de mis amigos, los encuentros personales que quedan atrás y los virtuales que invaden mi ser actual, mi proyecto queda en la nube, en la nube de mis deseos, que se atropellan en los sentimientos de esperanza y desesperanza, de alegría y tristeza, de pasado y futuro, de fuerza y debilidad, de ánimo y desanimo, de locura y de cordura.
Asi es este año de los gemelos, vivido como la metáfora del cisne negro entre el amor y el miedo, este virus ha generado en el mudo entero un alto impacto, con situaciones difíciles de predecir, y con sucesos extraños que están fuera del ámbito de las expectativas normales de la historia, la ciencia, las finanzas y la tecnología.
Las familias nos encontramos entre desconocidos, los amantes se unieron y se separaron, los amigos fortalecieron su amistad y otros decidieron separar sus vidas, que nos dicen los poemas que cantan los enamorados, los solitarios, los niños, los ancianos, todos en una sola voz de esperanza y amor profundo dicen, esta angustia, tormento e incertidumbre, nos invita a tener fe, esperanza y solidaridad, llama a tus amigos, saluda a los conocidos y contigo la ilusión nos llevará a la meta con orgullo y esperanza.
Ahora te escucho, adelante.