domingo, 27 de septiembre de 2009

La clave es el trabajo duro


2006-02-09

La siguiente historia es un testimonio real de valentía, perseverancia, constancia y trabajo duro. El era un joven trabajador quien abandonó la escuela, pocos meses después de empezar, cuando su maestra le dijo que no era capaz. Su madre continuó enseñándole, y el niño instaló un laboratorio químico en el sótano de su casa. Desde los 12 años trabajaba en el ferrocarril, para ganar dinero, para comprar elementos químicos para su equipo de investigación. Trasladó su laboratorio a un vagón de tren y lo arrojaron del tren cuando las sustancias químicas estallaron e incendiaron el vagón. Lo que ocurrió de nuevo a sus 67 años fue que en diciembre de 1914, se le incendió de nuevo su laboratorio y al día siguiente empezó de nuevo a construirlo.

Su hijo Charles explicaba que su padre habitualmente trabajaba 18 o más horas por día. “Lograr algo brinda la única satisfacción en la vida” nos decía. Hizo más de 1000 inventos entre ellos el fonógrafo que inventó a los 30 años, los discos de acetato, la bombilla, el micrófono, las películas, las pilas en las que trabajó 10 años, el mimeógrafo (la fotocopiadora de hoy). Y algunos se preguntaran si alguna vez falló, la respuesta es sí, y muchas veces, él conoció a menudo el fracaso, pero nunca titubeó por miedo a no lograrlo y les decía a sus colaboradores, no hemos fracasado ahora conocemos mil cosas que no funcionan, así estamos más cerca de dar con la solución.

En algún momento le dijeron que parecía que poseyera poderes mágicos como (Harry potter), y les decía la clave es el trabajo duro. ……O decía el genio es el uno por ciento de inspiración y un 99% de transpiración o de trabajo y de producción.

Desde la infancia este hombre que lograría tantas cosas quedó casi totalmente sordo. Sólo oía los ruidos y gritos más fuertes y al preguntarle porque no había inventado un audífono decía en la vida la gente habla muchas bobadas se critican unos a otros, dicen mentiras, se burlan y para que quiero yo escuchar estas cosas? Además un “hombre que debe gritarte no puede decir mentiras”.

A los 80 años se inició en una ciencia totalmente nueva para él, la botánica, cuyo objetivo era encontrar la mata de donde se saca el caucho, después de probar y clasificar 17.000 variedades de plantas él y sus colaboradores encontraron la forma de sacarlo de la planta vara de oro. A los 84 años el 28 de Octubre de 1931 a las 3:24 de la mañana corrió la noticia la luz se ha apagado. Este hombre era…Thomás Alva Edison (1847-1931)

Mi segunda invitada si ustedes me permiten y desean conocer manifestaba con orgullo “No hay amistad más sagrada que la que se entabla entre el alumno y el maestro. La enfermedad le destruyó la vista y el oído cuando ella aún no había cumplido 3 años, dejándola aislada del mundo. En el mundo silencioso y oscuro en que vivía no había sentimientos fuertes ni de ternura. Durante casi 5 años ella creció como lo describiría más tarde, salvaje y desbocada, riendo y brincando para expresar placer y pateando, rasguñando, emitiendo los sofocados chillidos de un sordomudo para indicar la tristeza; hasta que llegó su profesora que era casi ciega por una infección ocular, llegó a su alumna con dedicación y amor: A través del sentido del tacto logró hacer contacto con la mente de la niña y al cabo de 3 años le había enseñado a leer y escribir en Braille (el idioma de los ciegos). A los 16 años estaba en capacidad de hablar lo suficiente para asistir al colegio y a la universidad. Se graduó con honores en 1904, y dedicó el resto de su vida a ayudar a los ciegos y sordos. Ellas son Hellen Keller la alumna y Anne Sullivan la profesora.

Queridos alumnos en estas dos cortas biografías vemos como no basta la inteligencia para triunfar es más fuerte la constancia, la perseverancia y el amor para alcanzar la meta.

Ahora chiquitines es posible que algunos de ustedes hayan visto la película bichos cuyos protagonistas son las hormigas, todo un ejército de obreras que trabajan duramente. Como ellas no pueden ver todo lo hacen a través de las antenas que son su nariz, con ellas huelen y saben si la comida es buena o mala, la usan para identificar otras hormigas, para encontrar el camino de regreso y para comunicarse. Nosotros en cambio tenemos una cabeza para pensar, unas manos para trabajar y unos pies para caminar por la vida. Trabajemos como hormiguitas y verán que el fruto y la recompensa son grandes. Triunfar en la vida.

Isabel Cristina Bettín

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